Hace unas horas tuve la oportunidad de ver la película Memoria de un zombie adolescente, editada en este presente año y dirigida por Jonathan Levine.
En principio la película no me atraía en absoluto, una versión zombie a lo Crepúsculo, pensaba, como que no. Pero estaba tan aburrida, que el título me sedujo y caí en la tentación. Y me encontré, para mi sorpresa, con una película muy bien hecha y bastante amena.
Cierto es que la historia del zombie enamorado no me llega, soy más de los que comen cerebros sin miramientos, pero aquí también hay de esos, entre los zombies "humanizables" y los "esqueletos", los ya perdidos y sin sentimientos. Todos comen cerebros hasta que a los "humanizables" se les despierta el corazón (literalmente) y se unen a los humanos para luchar contra los realmente malvados (oye, que vosotros os comíais a la gente también, nadie se acuerda, eooo, ¿me oye alguien? parece que eso es irrelevante).
En resumen, presupuesto tiene, buenos efectos y buenas canciones clásicas. Momentos de humor más que trágicos(eooo, chica, que tu novio se comió al que era tu novio hace unas... ¿horas? ¿días?¿irrelevante también? En fín, el amor es ciego, dicen, y yo diría que enmascara los olores putrefactos también). Y, sobre todo, un protagonista muy simpático con el que conectas de inmediato y te cae genial.
Si podéis verla un día que no tengáis ganas de cine denso o intelectual, puede ser una buena elección.
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