La criatura era descomunal pero aún así era capaz de
desplazarse, deslizarse sería más adecuado, con una gracilidad antinatural. Era
de piel correosa, como húmeda, carente de vello, similar a la de los peces pero
parecía ofrecer a la vista la carne viva, sin piel ni pellejo alguno que
intermediara entre el aire y la materia misma.
Dos grandes ojos se percibían a los laterales, a la altura
donde los humanos tenemos las orejas, junto a unos conductos que se perdían
hacia el interior que sí parecían “adminículos” auditivos. Pero no sólo tenía
esos 2 ojos, pues al frente, justo al centro de la cara, exhibía otros 2 más
pequeños sobre un orificio que parecía hacerlas veces de boca y nariz a la vez
y se veía como apenas un burdo corte irregular a medio terminar, y se cerraba y
abría con unas solapas laterales a intervalos espaciados, asíncronos.
El cuerpo sí parecía tener una clara base humanoide, que no
humanizada. 2 piernas “retractiles” con lo 2 rodillas al centro en cada una de
ellas, una a cada lado, lo que le confería una extraña movilidad giratoria
hacia el frente, los lados e incluso atrás, con maniobras más complejas y
precisas que las nuestras.
En conjunto, parecía una megaevolución de la raza humana,
con casi 3 metros de cuerpo fibroso y esbelto y manos con uñas a modo de
garras. ¿Quién se sentía capaz de enfrentarse a aquello?
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